Tokyo ciudad. Principios de los años ’10. La babélica potencia tecnófila también esconde su lado oscuro. Hombres y mujeres de los suburbios, desposeídos de voluntad y esperanza, encuentran salida en una existencia vana de placer efímero y derribo fácil. La yakuza ofrece un futuro resuelto a jóvenes de moral precaria y ansias de dominio....
La libertad visual se ha convertido en el arma de una generación que repele los valores y la estética tradicionales desintegrados por la sociedad de la sobreinformación. Maria ke Fisherman presenta una colección ecléctica, inspirada en el presente y en el cine neo yakuza japonés, con flashazos cyber. Agresiva, con formas femeninas, deportiva en los materiales; con predominancia de blancos y negros mezclado con áreas reflectantes. Casi todo pasa de noche, en la calle y en night clubs de dudosa reputación.
Prendas que se superponen a la figura femenina pero resaltan intenciones estratégicas con texturas, fracciones y aberturas. Quebrantadas por vivos opuestos y surcadas por goma elástica que a veces se convierte en el único tejido. Blancos y negros se unen formando texturas y formas que se intercalan con gamas de rojo a amarillo, estampados cinematográficos multi detalle y áreas reflectantes que se vuelven reactivas a la luz directa provocando destellos imposibles. Eligen la predominancia del material de lujo de un futuro no renovable: el plástico. La lycra, el neopreno, los tejidos técnicos, la goma elástica, la viscosa y la piel natural con acabados sintéticos se combinan para crear una naturaleza que irradia un ambiente impactante pero sobrio y algo ensombrecido.
La firma ha querido crear una familia trastornada en la que están presentes diferentes estereotipos de una banda que se mueve de noche por los suburbios de Tokio, dirigen sus clubes, vigilan sus sótanos, saltan por sus tejados, suprimen a sus enemigos, enamoran a sus jefes, mastican chicle con la boca abierta o sencillamente viven aisladas en una reconfortante burbuja de ingenuidad.